POR MUCHO que haya contemplado muros incas en anteriores ocasiones, como éste de Machu Picchu, me maravillan de nuevo cada vez que tropiezo con uno. Se debe a tres motivos: uno de tipo constructivo-estructural, la sabiduría que expresa la estereotomía* de la piedra; otro estético, son formas lejanas en el tiempo aunque próximas a una sensibilidad plástica actual, y un tercero, la naturalidad con que se inbrican los dos anteriores.
«El poema que quiero escribir es imposible. Una piedra que flota.»
—Charles Simic
La estereotomía es lo primero que llama la atención. Para garantizar la trava entre los bloques de granito bajo acciones sísmicas, frecuentes en la zona, estos con gran perfección se inflexionan con sus adyacentes sin parecer seguir una ley fija. Disposición que rompe la continuidad de las juntas verticales y especialmente de las horizontales, característica distintiva de este tipo de aparejo. El objetivo, conservar la integridad del muro, en caso de terremoto, al aumentar el perímetro de contacto y evitar planos continuos que favorezcan el deslizamiento de los sillares.
El otro punto remarcable es el acabado esmerado que se le da a la piedra. Más si cabe, si se tiene en cuenta que para trabajarla sólo utilizaban herramientas de bronze, menos duro que el hierro, y la pulían con arena por abrasión. Las aristas son redondeadas y las superficies tienen un aspecto terso y almohadillado —recuerdan el diseño automovilístico actual—, cosas que combinadas con la estereotomía sismoresistente niegan cualidades que asociamos con la piedra: tectonicidad y pesadez. Poco de esto sugieren.
Transmiten, en cambio, una sensación de plasticidad, como si se tratase de un paño de un material preconformable —tipo arcilla— que posteriormente ha sido roturado. Y por otro lado, el "hinchado" de las superficies comunica ligereza; no parece que los muros "pesen" (tanto), aunque trabajen por gravedad. El tallado y el pulido de la piedra la desarma de sus cualidades intrínsecas; la dota de un caracter "impropio" y sorprendente, a la par que funcional —además, no hay dos bloques iguales—. El resultado, una imagen seductora para una mirada actual.
*La palabra estereotomía significa, literalmente, corte de sólidos. La utilizo en esta acepción genérica, en vez de como se entiende a partir del siglo XVIII: teoría geométrica de la construcción en piedra tallada.